viernes, 17 de agosto de 2012

La Insignia Caminantes


Los caminantes viven la Aventura del Descubrimiento, el apasionante desafío de internarse en un nuevo descubrimiento de sí mismos (caminos interiores), de su entorno -el mundo, comprometiéndose a cuidarlo y respetarlo- y de Dios (caminos exteriores).

En este desafío habrá cuatro elementos que lo acompañarán:
El aire, el agua, la tierra y el fuego: elementos fundamentales para la vida, elementos con los cuales el caminante está en contacto directo durante toda su marcha, tratando de preservarlos, y a la vez, de servirse y servir a los demás con ellos.
La insignia de los caminantes está representada por el mundo con sus cuatro elementos, estos símbolos tienen una relación y representación directa con los elementos necesarios para la vida:

Aire: este es el elemento del aliento, de la palabra y es el elemento que contiene los pensamientos, las ideas y la creatividad; en él está la fuerza de la razón... Representado por el color celeste.

Agua: este es el elemento del que surge la vida, que lava y refresca, que hace crecer y da vitalidad; Por el agua se transforma y se cambian los paisajes, todo ser que entra en contacto con el agua queda limpio, ella regenera y pone vida en toda la creación... Representada por el color azul.


Tierra: este es el elemento de lo interior, de lo misterioso y lo secreto, de lo que muere para nacer; en ella las formas se han hecho materia, y contiene en sí la belleza del cambio y de lo dinámico como parte de la vida... Representada por el color marrón.


Fuego: este es el elemento de la iluminación y el esclarecimiento, de la purificación y de la fuerza de la vida, de la salud; él es el que contiene el poder de la fuerza espiritual, es la energía, la pasión y la acción... Representado por el color rojo.


Además, la insignia refleja esa constante búsqueda de sí mismo para luego salir al encuentro de los otros y de Dios. Esta búsqueda de un rumbo está representada por la rosa de los vientos donde:


El SUR, es la dirección que marca el crecimiento y la purificación.
El NORTE, es la dirección de la renovación, del conocimiento y la sabiduría.
El ESTE, es la dirección de lo nuevo, de los comienzos, del nacimiento.
El OESTE, es la dirección de la madurez, de la cosecha y de las recompensas.

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